Los miembros de la misión que se desplazó hasta Terranova para localizar el pecio del ‘Villa de Pitanxo’, pudieron grabar más de 30 horas de imágenes, con una “visibilidad excepcional”. Así de claro fue José Cubeiro, director general de la compañía encargada de este trabajo.
Cubeiro realizó estas declaraciones este martes, después de que el buque ‘Ártabro’, que llevó a cabo el cometido de localizar, primero, y descender, después, hasta el lugar donde estaba el pesquero, atracase en Vigo. La expedición ha durado menos de un mes, desde el pasado 17 de mayo, cuando el ‘Ártabro’ puso proa a Terranova, hasta hoy.
A 750 metros de profundidad
Esas más de 30 horas de grabación del ‘Villa de Pitanxo’ y de su aparejo, situados a una profundidad de unos 750 metros, se han enviado ya a la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim). Además, servirán como prueba en la investigación que está realizando la Audiencia Nacional sobre el naufragio del pesquero gallego, sucedido el 15 de enero de 2022.
Muy cerca del lugar del naufragio
José Cubeiro explicó a los periodistas que acudieron a cubrir el regreso de la expedición a Vigo, que fue fácil localizar el pecio, “más ràpido de lo que teníamos previsto”, gracias a la exactitud de las coordenadas que se facilitaron en el momento de su hundimiento. El pesquero estaba muy cerca de las mismas, “algo que nos ayudó muchísimo” y facilitó no sólo llevar a cabo la misión, sino hacerlo en menos tiempo del que estaba programado.
Sí fue necesario esperar dos días, a causa de las condiciones del mar, para que el Rov Submarino pudiese bajar hasta el pecio. Este se localizó usando un sonar de barrido lateral y, actro seguido una ecosonda para confirmar que era, en efecto, el ‘Villa de Pintanxo’.
Sólo entonces descendió el robot encargado de tomar las imágenes que no captaron, y fue lo únido que adelantó Cubeiro, a ninguno de los 17 marineros aún desaparecidos.
Sólo tres supervivientes
El ‘Villa de Pitanxo’ se fue a pique el 15 de enero de 2022, con 24 marineros a bordo y sólo hubo tres supervivientes del naufragio: el patrón, Juan Padín, que está investigado y no puede salir del país; su sobrino, Eduardo Rial y el marinero Samuel Kwesi, que en su día fueron citados como testigos.
La declaración de Kwesi, distinta a las de Padín y Rial, puso en marcha la investigación a la que ahora se añadirán las imágenes del pecio, como reclamaban las familias de los tripulantes fallecidos.