La madrugada del sábado al domingo cambia la hora. Habrá que retrasar los relojes (es una manera de decirlo porque la mayoría lo hacen solos): y a las 03:00 volverán a ser las 02:00h. ‘Dormiremos una hora más’, dicen algunas crónicas.
Sin embargo no queremos cambiar. Tampoco queremos que haya un horario de invierno y otro de verano. Literalmente: en abril de este año contestamos al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que el 78% preferiríamos no tocar el reloj – el 22% está a favor-. Una respuesta similar a la del resto de los ciudadanos europeos (de hecho la Comisión consultó a un total de 4,6 millones de personas de distintos países europeos… y 84% respondió que no querían dos horarios).
Además, queremos el horario de verano
No sólo odiamos cambiar la hora,queremos que se mantenga el horario de verano, el que tenemos ahora- así se lo dijimos al CIS el 66% de nosotros-. Hay un 24% que optó por el de invierno y un 10% al que le da lo mismo.
¿Por qué no se cambia?
Parece que por pereza. No hay motivos solventes que justifiquen estos dos horarios. Realmente, el ahorro para las familias es paupérrimo (algunos estudios dicen que 7€ durante todos el invierno, otros apuntan que no existe ahorro que valga).
Tampoco hay argumentos para mantenerlo: en 2018 los ciudadanos europeos dejamos claro que no queríamos seguir con este cambio horario. Pero la Comisión Europea se desentendió y permitió a cada país elegir…y la mayoría pidió más tiempo para estudiar la situación. Se les dio hasta 2021, pero nada. En el caso de España no hay nada sobre este tema: lo de los dos horarios debería de acabarse en 2026, que es la fecha tope que señala el Boletín Oficial del Estado para seguir contando con un horario de verano desde marzo y otro de invierno, desde octubre. Pero no se ha tomado aún una determinación.