El alcalde y alrededor de 30 trabajadores de Vitrasa se han encarado, literalmente, este martes, cuando iban a iniciarse las pruebas de iluminación del nuevo ascensor HALO. Abel Caballero y los empleados de la concesionaria de autobuses de la ciudad, se han quedado a pocos centímetros después de que estos hayan llegado al lugar gritando ‘¡menos luces, más autobuses!’.
La ‘V’ de Vigo
En ese momento, Caballero se ha dirigido a ellos haciendo la conocida ‘V’ de Vigo, y las protestas, los petardos y los gritos de ‘sinvergüenza! o ‘¡Alcalde dimisión!’ arreciaron. La situación se prolongó durante varios minutos mientras el alcalde abandonaba el lugar, acompañado por el segundo teniente de alcalde y concejal de Fomento, Javier Pardo, y la concejala de Seguridad y Gestión Municipal, Cristina Rodríguez.
Bajo la lluvia, delante de cámaras de televisión de varias cadenas y periodistas gráficos, Abel Caballero caminó despacio hacia García Barbón, sin dejar de levantar las manos, girándose hacia los manifestantes, continuando con los dedos en ‘V’ o deteniéndose en medio del paso de cebra, ante la mirada desconcertada de peatones, conductores y clientes de una cafetería cercana. Finalmente, con tranquilidad, se ha subido al coche que lo esperaba… dedicando un último gesto a los congregados.
Dos años de protestas
Esta centésima protesta de los trabajadores de Vitrasa, se suma a las que han protagonizado en otros actos a los que ha acudido el alcalde y a las manifestaciones, concentraciones y paros de los dos últimos años.
Todos tenían como objetivo lograr que la empresa pacte un nuevo convenio colectivo (el actual caducó en 2020), que recoja mejoras salariales y laborales. Hasta ahora no ha sido posible, no ya el acuerdo, sino encauzar unas negociaciones en condiciones.
Huelga indefinida
La consecuencia ha sido la convocatoria, de una huelga indefinida desde el próximo sábado 25 de noviembre, un día después del encendido del alumbrado y en el apogeo de las fiestas de Navidad, en una ciudad donde circular esos se convierte en una prueba para la paciencia de miles de conductores -incluyendo a los que nos desplazamos en moto- teniendo el cuenta del virtual cierre al tráfico de todo el centro.