Quieren la dimisión del presidente del Rápido de Bouzas lo deja. La presión de los entrenadores base del club-de fútbol 11 y fútbol 8- y de los familias de los jugadores (el club cuenta con 40 equipos y unos alrededor de 500 niñas y niños), intenta forzar que Alfonso Caneiro renuncie.
Mala gestión, actitud dictatorial
Los técnicos han decidido cesar toda actividad en protesta por la deuda que tienen con ellos y la desastrosa gestión de Caneiro al que acusan, además, de tener una actitud “dictatorial”. Así lo plasmaron en un comunicado enviado por los grupos de WhatsApp de los equipos, poniendo la situación en conocimiento de los padres y madres de los jugadores.
Deudas y faltas de respeto
En dicho comunicado explicaban que el pasado día 17 se habían sentado con Caneiro para protestar por los impagos y para rechazar las “faltas diarias de respeto” hacia los entrenadores y su trabajo. En esa reunión, el presidente se comprometió a presentar su dimisión, algo que no hizo, al contrario que el vicepresidente Rafael Caro.
Concentración en el campo
Este miércoles, se ha convocado una concentración el estadio Baltasar Pujales a la que han acudido decenas de chicos y chicas integrantes del club, entrenadores, y familiares que han esperado en el césped a que se confirmase la renuncia del presidente. Allí han reprochado al gerente del Rápido de Bouzas, Antonio Saborido, la actitud de la directiva, las deudas con los técnicos y distintas carencias entre otras, la falta de agua caliente en las duchas, debida, según los responsables del club, a una avería en la caldera.
Finalmente, el gerente les ha asegurado que el presidente presentará su renuncia por escrito, como exigían los técnicos, familiares y un numeroso grupo de jugadores.