Fotografía: Jorge Urcera/El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM,Vigo) concluye las investigaciones llevadas a cabo en el marco del proyecto “Ecología del pulpo común en la naturaleza: resolver sus incógnitas ecológicas para obtener una ordenación pesquera y una acuicultura sostenibles (ECOSUMA)”, lo que ha permitido conocer algunos de aspectos no revelados de la ecología del pulpo común en la naturaleza, sobre todo de sus paralarvas y juveniles.
El proyecto, que se inició en 2020, estuvo liderado por EcoBioMar, con la colaboración conjunta del Departamento de Ecología y Recursos Marinos del IIM.
Aguas de Galicia y norte de Portugal
El trabajo de campo se llevó a cabo en aguas gallegas y del norte de Portugal, a partir de datos recopilados durante la campaña de investigación biológica y oceanográfica a bordo del Sarmiento de Gamboa (CSIC), y de muestreos subacuáticos.
Además, el equipo de investigación empleó datos históricos de proyectos anteriores para investigar los cambios experimentados por la abundancia de paralarvas, y parámetros climáticos asociados en el área de estudio, que comprende las campañas realizadas durante los últimos 25 años en aguas próximas al Parque das Illas Atlánticas de Galicia (PNIAG).
“Los estudios ecológicos de las paralarvas antes de su asentamiento al fondo sugerían que eran transportadas hacia aguas oceánicas durante su fase planctónica. Las fases pre y post asentamiento al fondo, así como la ecología de los juveniles una vez que llegan al caladero de pesca cerca de la costa, eran prácticamente desconocidos. Por ello, hemos investigado, entre otros aspectos, las relaciones tróficas, desplazamientos, crecimiento y edad, durante estas dos fases, en un área sometida a afloramiento estacional, para avanzar hacia un enfoque ecosistémico que apuntale la ordenación de este recurso socioeconómicamente importante”, explica Ángel González.
33 especies
El equipo de investigación identificó 33 especies de presas exclusivamente en las paralarvas de pulpo, que corresponden con organismos presentes en el zooplancton (copépodos, anfípodos hipéridos, larvas de cangrejos, ostrácodos, pterópodos, larvas de calamares, cnidarios, sifonóforos y algas). A su vez, se detectaron 13 especies exclusivamente en juveniles, que se correspondían con organismos bentónicos (anfípodos gammáridos, cangrejos ermitaños, cangrejo araña, peces, isópodos, poliquetos y un nematodo). Sólo 2 presas se detectaron conjuntamente en paralarvas y recién asentados.
Otro de los logros del proyecto fue la creación de un biobanco de muestras de mesozooplancton donde se han trazado, procesado y almacenado 1.700 muestras procedentes de las diversas campañas oceanográficas que ha llevado a cabo el grupo de investigación EcoBioMar, con sus metadatos asociados (50 parámetros por muestra), incluyendo además muestras de otros centros de investigación, como el Centro Oceanográfico de Vigo del IEO de, que participa en programas de monitorización de zooplancton en aguas gallegas desde hace décadas.
“También hemos estimado, a través de la cuenta de anillos de crecimiento en las mandíbulas, que su edad estuvo comprendida entre 5 y 24 días para las paralarvas, entre 29 y 89 días para los recién asentados con pesos comprendidos entre 1 y 38 gramos y entre 92 y 260 días para ejemplares entre 104-460 gramos de peso total”, indica Ángel González.
Charlas, artículos científicos, vídeos
Con el cometido de acercar a un amplio espectro de público los principales resultados del proyecto, se han realizado diferentes actividades, como charlas, artículos científicos o videos como el que describe las actividades realizadas para conocer los movimientos de los adultos usando técnicas de telemetría acústica.
El equipo de investigación ha dado cuenta de estos y otros hallazgos a través de la publicación de diversos artículos en revistas académicas de impacto, como Frontiers in Ecology and Environment, Ecology and Evolution o Animal Biotelemetry.