Exactamente, fue el tripulante del Apolo 13, John Swigert, quien pronunció esa frase el 11 de abril de 1970, hace este miércoles 42 años. La nave, lanzada desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, fue la séptima misión del Programa Apolo de la NASA. Su objetivo era realizar nuevas investigaciones en la Luna, pero el alunizaje fue abortado debido a la explosión de un tanque de oxígeno dos días después del despegue, a 321.868 kilómetros de la Tierra.
Los astronautas lograron abortar la misión y regresar a la Tierra gracias a que se trasladaron al módulo lunar, acoplado a la nave. En la nave les hubiera sido difícil sobrevivir debido a la falta de oxigeno y de agua potable. Finalmente, los tripulantes amerizaron a seis kilómetros de un buque de salvamento del Ejército de Estados Unidos, el 17 de abril de 1970. A su llegada, habían perdido siete kilos y sufrían deshidratación.
Como recordarán los amantes del cine, la aventura de estos astronautas fue recreada en la gran pantalla con Tom Hanks como protagonista, encarnando al comandante de la misión, James Lovell,, cuyas anotaciones en el Apolo 13 fueron subastadas por ‘Heritage Auction’, en 33.000 €, hace apenas cuatro meses
