Música Música y Cine

Los Festivales de Jazz son para el verano

praga_jazz_clubCITRI Q.

Ahora que el verano comienza a despedirse toca hacer resumen y valoración de lo que éste nos ha dejado en cuanto a Festivales de Jazz. Es cierto que los Festivales de Jazz ya conviven con nosotros hace muchos años, pero en esta ocasión había que estar atento para ver cuales eran las propuestas para estos tiempos de crisis.

 

Crisis para casi todos, ya que el Festival ImaxinaSons de Vigo parece estar en otra categoría, al menos en cuanto a presupuesto. En cuanto a programación está claro que el ImaxinaSons está también en otra linea, apostando fuerte por el Jazz europeo, a veces con propuestas insólitas, extrañas, que a menudo no contribuyen a acercar al público a los conciertos, ni siquiera al más fiel al Jazz. De la edición de este año nos quedamos precisamente con el único concierto americano, el del Charles Lloyd Quartet, con Eric Harland, Jason Moran y Reuben Rogers. Un buen concierto sin más, con sus concesiones al público… esta claro que no eran Wayne Shorter con su cuarteto. Además rescatamos de la quema los conciertos del septeto de Abe Rabade, el homenaje a la música de Frank Zappa.

 

El siguiente festival importante fuel el Festival Internacional de Jazz y Blues de Pontevedra. Ligado a este festival discurre cada año un workshop donde los músicos que lo deseen pueden aprender de los mejores jazzmen americanos. Este año nos visitaron E.J. Strickland, Josh Winsburg y Mike Moreno, que además de las clases ofrecieron un concierto intenso en el Teatro Principal. Al día siguiente presentaba su primer disco como lider Virxilio Da Silva, uno de los grandes guitarristas de Jazz de la península, y sí, es gallego, al igual que algunos de los músicos que lo acompañaban. Y es que el Jazz gallego goza de muy buena salud gracias, entre otras cosas, al trabajo de los organizadores de este Festival. Excelente concierto también el de Virxilio, como nos tiene acostumbrados. El gran atractivo del Festival era, sin embargo, John Scofield, lo que sucede es que parece que el genial guitarrista venía en esta ocasión a divertirse tocando Blues con los amiguetes sin ninguna pretensión musical, cutre incluso para los que somos seguidores de Scofield. Esperanza Spalding fue la campanada de este año, una excelente vocalista, contrabajista, bajista, con un jazz más para todos los públicos, dicharachera… perfecto para triunfar. Y después de decir esto añado que el concierto fue un gran concierto donde no solo hubo Jazz, que algo hubo, sino también Bossa Nova, Soul, Funk…. gran impresión la que dejó esta joven en Pontevedra.

 

El Canjazz si que notó la crisis este año y presentó un programa discreto e irregular. Se lo perdonamos porque el Canjazz también es de esos festivales que involucran al público y a los músicos. Lo mejor del concierto de Bill Goodwin fue ver de nuevo juntos en un escenario a Paco Charlín y Abe Rabade, además del gran saxofonista Adam Niewood. El concierto final, ‘30 Anos de Jazz’, fue un despropósito desde el principio, una jam session desorganizada y desigual donde ni siquiera los grandes nombres del cartel salvaron los muebles.

 

El último Festival importante fue el NigranJazz, en su tercera edición, que apostó este año por crear dos formaciones exclusivamente para el festival y conformadas siempre con músicos portugueses y gallegos. Proxecto Lusogalaico y, sobre todo, Nuno Ferreira Trío con Paco Charlín y Max Gómez, ofrecieron  música muy madura y revelaron gran conexión entre el Jazz que se hace en Galicia y el de Portugal. Otro de los puntos fuertes del Festival fueron las jam sessions, con enormes músicos de un lado y otro de la frontera disfrutando y haciendo disfrutar de dos noches inolvidables.

 

Soy de la opinión de que los Festivales de Jazz deben esforzarse para ofrecer música de verdadera calidad y que al mismo tiempo pueda llegar a casi todo el mundo, y contribuir a que la inmensa mayoría de la gente le pierda ese miedo irracional que le tiene a un estilo musical apasionante. Pero también soy de la opinión también de que deben esforzarse por involucrar, ilusionar, mezclar y motivar a los músicos de la zona.  Y esto, visto lo visto, es más fácil en un Festival pequeño que en un megamacrofestival con un presupuesto despampanante y una programación sin sentido.

También te puede interesar