Si se les diera a elegir, la mayoría de los ciudadanos de todo el mundo renunciaría a su teléfono móvil en lugar de al ordenador, preferirían vivir sin redes sociales en vez de sin televisor y antes prescindirían, sin dudarlo, de su teléfono que del sexo. Esos son algunos de los datos del un sondeo de Ipsos para Reuters realizado entre 19.271 adultos de 25 países.
Dos tercios de los encuestados dijeron que se quedarían con el ordenador y prescindirían del teléfono móvil si se vieran forzados a elegir entre uno u otro, y el 58% optó por renunciar a las redes sociales en lugar de a la televisión. El sexo obtuvo, no hay sorpresas en ello, más apoyo: el 80% de las personas dijeron que viviría sin su teléfono en lugar de renunciar al sexo.
“Cuando se fuerza a la gente a escoger entre dos cosas importantes, se obtiene una idea clara sobre los valores y prioridades”, ha comentado el director de investigación de mercado de Ipsos. El sondeo mostró diferencias sorprendentes por sexo y edad, siendo las mujeres y los menores de 35 años más proclives que los hombres, o los mayores de 35, a renunciar a sus móviles. Casi el 40% de las mujeres indicó que prescindiría de sus ordenadores, frente al 31% de los hombres, y algo más del 40% de los más jóvenes se mostró dispuesto a optar por su ordenador en lugar de por el teléfono.
Respecto a la elección entre prescindir del sexo o del teléfono, los resultados parecen reafirmar estereotipos sexuales de progresismo y conservadurismo sexual, con Latinoamérica siendo la que menos prescindiría del sexo en favor de los teléfonos y la zona Asia-Pacífico la que más.