“La gran transgresora de la Generación del 27″, Maruja Mallo, será la estrella de La Casa das Artes de Vigo hasta el 10 de enero. La exposición pictórica reúne 142 piezas entre óleos, dibujos, fotografías...
Las obras están ordenadas en torno a diez salas en las que se pueden admirar piezas que se encontraban en paradero desconocido. Junto a la exposición, se publicará un catálogo de referencia y se editará un documental, ambos producidos por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, bajo la coordinación del Ministerio de Cultura. La Fundación también acercará la obra de la artista plástica a a escolares y estudiantes a través de actividades. Además, el año próximo, Caixa Galicia editará la obra ‘Maruja Mallo: de prometedora pioneira a artista universal. Materiais para unha biografía exacta y completa da pintora viveiresa entre 1902-1936’, un trabajo ganador del Premio Anxel Fole de Ensayo, del que son autores Carlos Nuevo Cal y Emilio Ínsua.
Una vida intensa
La pintora gallega, cuyo nombre real era Ana María Gómez González, nació en 1902 en Viveiro (Lugo) y pasó su infancia entre Galicia y Asturias. Siendo muy joven se trasladó a Madrid, donde estudió Bellas Artes en la Academia de San Fernando y coincidió con Salvador Dalí. Mallo estrechó su contacto con el surrealismo y la Generación del 27 en la Residencia de Estudiantes, donde entrabó amistad con Dalí, Pepe Bello, García Lorca, Alberti o Buñuel. Era una mujer adelantada a su tiempo injustamente valorada.
En 1927 conoció a Ortega y Gasset y comenzó a colaborar como ilustradora en la Revista de Occidente.. Poco después viajó a París, donde se adhirió al ‘manifiesto de André Bretón’, con lo que su pintura sufrió u n cambio radical.
De a vuelta a España trabajó de profesora de dibujo en Ávila hasta que con la Guerra Civil se exilió a Buenos Aires, donde siguió pintando y exponiendo, además de impartir conferencias y contactar con intelectuales como Pablo Neruda.
En 1961 regresó definitivamente a España y centró su obra en aspectos relacionados con el esoterismo y las ciencias ocultas. Murió en Madrid en 1995, poco después de que el CGAC realizase su primera exposición antológica en España.