Una decisión que le causó la muerte. Hablamos de la italiana Chiara Corbella, de tan sólo 28 años, que fue diagnosticada de un tumor cancerígeno en la lengua en estado avanzado cuando se encontraba embarazada de 5 meses.
Según podemos leer en el Daily Mail, la mujer, que ya había perdido otros dos bebés, no dudó en retrasar el tratamiento contra el cáncer para no afectar el nacimiento de su hijo. Esta decisión salvó la vida a su niño, pero la sentenció a muerte a ella.
Cuando nació su pequeño Francesco ya era demasiado tarde para la joven italiana y murió un año después. La víctima sólo pudo someterse a un tratamiento de quimioterapia y a una intervención radical después del parto de su bebé, pero el tumor había avanzado demasiado.