Apenas 15 minutos después de comenzar el sorteo, los niños de San Idelfonso cantaban el primer número agraciado, un primer cuarto premio (29.013) que caía en Barcelona, Valencia y Madrid. Poco después, en la segunda tabla, Brandon, un niño que el año pasado ya repartió muchos millones con su mano inocente, cantaba junto a su compañera cuatro quintos premios seguidos. Y, uno de ellos, caía en Galicia. Al igual que el último quinto premio, cantado apenas a las 10:10 horas.
La administración número 1 de Caldas de Reis repartió una serie del 43.802, vendido íntegramente en ventanilla, y otra del 49.271. Unos pellizquitos de 50.000 euros cada uno con el que abrir boca en la jornada con más dedos cruzados del año y que ha estado muy repartido. No es la primera vez que esta administración reparte suerte: hace ya 9 años vendió un tercer premio también acabado en 2. Un estreno de oro para su propietaria, María Jesús Martínez, que asumió el negocio hace sólo seis meses tras la jubilación de sus padres, que llevaron la administración durante 32 años.
La administración número 2 de Carballo y la número 1 de Boiro, ambas en la provincia de A Coruña, también repartieron décimos de este último quinto premio.
El año pasado Galicia tuvo que conformarse con los diez décimos del Gordo vendidos en Allariz y una serie de un quinto premio repartido en el Alcampo de Vigo. Para intentar repertirlo, los gallegos sólo nos hemos gastado 38 céntimos más que el año pasado. Será cuestión de la crisis.
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