Hace un mes la Xunta aseguró que el zoo de la Madroa, según un informe que obraba en su poder, no cumplía los requisitos exigidos por las normas europeas. El Concello contestó, primero desmintiendo al gobierno autónomo, luego reconociendo deficiencias, más tarde afirmando que estaba subsanadas, posteriormente pidiendo más tempo para arreglarlas y, por último asegurando que la Madroa no sólo cumplía todas las normas sino que era un “referente nacional”.
Sin embargo, la realidad es que ayer el conselleiro de Medio Rural ha dado dos meses de plazo a los responsables locales para que adapte el recinto a las exigencias de la UE o habrá que cerrarlo. Samuel Juárez ha esgrimido un estudio realizado por los técnicos del departamento de Conservación da Natureza, asistidos por una empresa independiente, elaborado entre los días 1 y 2 de este mes, en el que se reconocen mejoras pero que deja claro que “hay incumplimientos”.
Sí se cumplen las obligaciones “básicas” relativas al alojamiento de animales en condiciones que permitan la satisfacción de sus necesidades biológicas y de conservación, en el enriquecimiento ambiental de las instalaciones y en cuanto al personal y medios adecuados.
Pero, persisten “deficiencias graves” como la falta de protocolos de prevención de la transmisión de plagas y parásitos, programas de conservación de especies de fauna silvestre o la inexistencia de programas de nutrición y atención veterinaria adecuados.
El conselleiro explicó que se ha optado por ampliar el tiempo dado al Ayuntamiento para adaptarse a las normativas , ya que de no hacerlo la Comisión Europea sancionaría al Concello y ordenaría su cierre al público. Por ello la Xunta ha prorrogado ese plazo ya que “de no hacerlo tendríamos que emitir una resolución que deniegue su apertura”. Juárez recordó a la responsable del zoológico que hoy está abierto pese a no contar con la pertinente autorización.