Así lo ha afirmado, a título personal, el comisario jefe de la investigación del caso Ruth y José, Serafín Castro, durante distintas declaraciones en varios medios de comunicación. José Bretón, el padre de los dos hermanos a los que ya se les da por muertos, los habría asesinado con la única y clara intención de vengarse de su mujer, Ruth Ortiz, que acababa de anunciarle su intención de dejarle.
De confirmarse este móvil del crimen estaríamos ante un macabro episodio de violencia de género.
En una autorización más que insólita por parte del Ministerio del Interior para que un jefe policial esté disponible a cuántas preguntas se le hagan, Castro ha asegurado que Bretón “no es un enfermo ni un loco”, sino una persona que sabe controlar sus emociones y que miente “a conciencia”.
Para el comisario “el móvil ha sido totalmente venganza hacia su mujer. Su ego no puede aceptar que alguien, menos una mujer, le planteé el tema de la separación”, argumentó.
Asimismo, para este experto investigador Bretón jamás se mostró como un padre que había perdido a sus hijos en el parque, la versión que éste sigue defendiendo.
Distintas asociaciones judiciales han criticado que se haya permitido a este comisario sentarse en programas como ‘Ruth y José, nada es igual”, emitido anoche por Telecinco, así como en otros medios de comunicación durante todo este miércoles. No entienden que este alto cargo policial haya desvelado cuestiones que dejan en muy mal lugar a Bretón, cuando todavía ni se ha cerrado el caso ni ha sido juzgado.
Además, no hay que olvidar que las actuaciones policiales siguen bajo secreto de sumario a la espera por parte del juez de nuevos informes forenses sobre el origen de los restos óseos encontrados en la hoguera de la finca de Las Quemadillas, en Córdoba.
Un buen número de expertos en comunicación consideran que esta presencia televisiva de este jefe policial se debe al revuelo instalado en la sociedad tras conocerse que hubo un primer informe forense que descartaba que los huesos encontrados fueran de los niños, algo en lo que discrepan totalmente los otros dos posteriores.
Se trataría de una especie de lavado de imagen ante las dudas creadas sobre un posible error de la Policía al aceptar el informe pericial, sino encargar ninguno más.
