Llevan semanas exigiendo a la Xunta que no mire para otro lado y haga algo para solucionar la falta de solvencia en la que se encuentra su empresa. Hablamos de Grafinsa (Gráficas del Noroeste) y sus 120 trabajadores que llevan 4 meses sin cobrar sus nóminas -con dos pagas extras aparte- y que este pasado lunes decidieron ir más allá y están acampados delante del edificio administrativo de la Xunta.
Este jueves esos afectados protagonizaron una sonora pitada frente a la puerta principal de la Delegación Territorial de la Xunta. Silbatos y tambores perfectamente sincronizados para exigir no sólo cobrar lo que la compañía les debe, sino que además quieren mantener sus puestos de trabajo.
Consideran que el Gobierno gallego tiene mucho que ver en esto, ya que su participación en la misma es del 42,02%.
Según explicó a vigoalminuto el presidente del comité de empresa, Jairo Pérez, la Administración gallega no les ha dejado otra salida que colocar este ‘campamento’ reivindicativo, ya que, pese a todas las peticiones de reunión con el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, no han sido recibidos.
“No nos hacen caso y lo hemos intentado todo por otras vías”, señaló Pérez, quien se mostró confiado en que con la proximidad de las elecciones gallegas se pueda forzar un encuentro. Además, indicó que Grafinsa tiene carga de trabajo suficiente para seguir su actividad, pero que la mala gestión de sus directivos y la falta de financiación es lo que les ha llevado a esta situación.
En cuanto al campamento montado en los jardines de Montero Ríos no piensan levantarlo si la Xunta no mueve ficha en un conflicto que “sólo ella puede solucionar”, aseguró este representante de los trabajadores.
“La Xunta está tutelando la venta de la empresa”, manifestó Pérez, quien recordó que los 120 trabajadores de los centros de Vigo y Mos continúan en huelga indefinida desde el pasado 9 de agosto.“Es increíble que tanto los proveedores como los socios minoritarios quieran aportar capital para sacar adelante a Grafinsa, pero, en cambio, el Ejecutivo autonómico pase de todo y se niegue”.
Cada noche duermen en las distintas tiendas de campañas unos 60 trabajadores que se van turnando para hacerlo más llevadero, pero, ya avisan, han llegado para quedarse y hasta que no se solucione el tema no levantarán la acampada.