Las detenciones que se llevaron a cabo ayer en Castrelos, en Vigo, tras un aparatoso despliegue policial durante el cual se cortaron varios accesos al parque, son un nuevo golpe contra el indenpendentismo radical gallego y su entorno. Una operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Nacional, culminó con el arresto de, al menos cuatro personas, dos en la misma zona de Castrelos y otras dos en otras partes de la ciudad. Todos ellos están relacionados con la colocación de dos artefactos explosivos, en unas antenas del monte Sampaio, en la parroquia de Candeán, el pasado 6 de agosto.
La investigación, que estaba abierta desde entonces, fue cerrando el cerco alrededor de los detenidos, según las primeras informaciones, todos ellos de entre 20 y 30 años de edad, a los que los investigadores llevaban siguiendo desde hacía tiempo, incluyendo a expertos en la lucha antiterrorista llegados expresamente desde Madrid.
Los arrestos fueron realizados por agentes encapuchados, en el aparcamiento situado ante el Pazo Quiñones de León. Allí, además, revisaron los vehículos buscando artefactos explosivos, y se centraron en el coche de uno de los detenidos, un Citroën C-4, del que se sacaron huellas y rastros y que fue remolcado, posteriormente, por una grúa para seguir con el análisis del mismo.
A la hora de redactar esta información, la operación continuaba abierta y se realizaban más registros registros en varios puntos de la ciudad.