Cristian Fernández, de 13 años, que está siendo juzgado por el asesinato de su hermano, David, de 2 años, podría convertirse en acusado a cadena perpetua más joven de EEUU. Sin embargo, el monstruo que dibujaron distintos medios de comunicación estadounidenses no es tal, a la vista de los testimonios y pruebas aportados por la Policía y los servicios sociales. De acuerdo con ellos, Cristian ha vivido una infancia marcada por los abusos sexuales, las drogas y las agresiones físicas.
Los hechos por los que se le juzga ocurrieron el 3 de junio de 2011, cuando el chaval golpeó la cabeza del pequeño contra una librería causándole la muerte. Su madre explicó a los policías que dejó a los dos hermanos solos y que cuando regresó encontró a David inconsciente. Con el tiempo, los investigadores descubrieron que, en realidad, estuvo navegando por Internet durante cuatro horas mientras el niño se moría. El médico forense aseguró que el menor se habría salvado si hubiese recibido asistencia médica antes.
Ahora, es Cristian quien está siendo juzgado, como un adulto, por este incidente, pese a que los archivos de los servicios sociales muestran el abandono sufrido por el pequeño por su madre adolescente que abusaba de las drogas. Cristian, además, sufrió abusos sexuales por parte de un primo y agresiones físicas de un padrastro que acabó suicidándose.