Los restos mortales de Santiago Carrillo, fallecido ayer por la tarde en su casa de Madrid a los 97 años de edad, han llegado pasadas las 9 de la mañana al auditorio Marcelino Camacho, de CCOO, que acoge su capilla ardiente. A la llegada del coche fúnebre un grupo de trabajadores del sindicatos han recibido el féretro con aplausos, tras lo cual ha sido trasladado al interior de la sala.
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A las 11 ha quedado abierta la capilla ardiente, que no cerrará hasta las 9 de la noche, donde ya hay cientos de personas que esperan para dar el último adiós al histórico dirigente del Partido Comunista de España (PCE) y el pésame a los familiares.
La familia tiene previsto incinerar los restos mortales del exlíder del PCE en el Cementerio de la Almudena y acto seguido trasladarse a Gijón para esparcir en el mar Cantábrico las cenizas, tal y como quería el exdirigente comunista.
Santiago Carrillo Menéndez, hijo mayor del fallecido,ha explicado que el deseo de su padre siempre fue el de ser incinerado y que sus cenizas fueran arrojadas «al mar de Gijón«, su lugar de nacimiento.
