Tendría que producirse un auténtico vuelco electoral en las 6 semanas que quedan para las Presidenciales de los Estados Unidos, o el presidente tendría que hacerlo rematadamente mal en el primer debate de la campaña, el próximo día 3, en Denver (Colorado), para que el republicano Mitt Romney pudiese recuperar la ventaja que está consolidando Obama.
El ex gobernador ha cometido tantos errores y tan graves, como el no revelar sus datos financieros de la última década…o hacerlo con los de 2011, año en el que ganó 14 millones de dólares y pagó a la temible Hacienda norteamericana menos de 2 millones, apenas un 14%, que su contrincante demócrata solo ha tenido que tener cuidado de no tropezarse al subir a los escenarios de los mítines que le han llevado por todo el país.
Obama se ha hecho fuerte en los estados clave, gracias al apoyo del 70% del voto hispano y de la torpeza de su contrincante y de sus asesores. Para empezar, el presidente lleva la delantera en Colorado, donde se celebrará el primer debate con Romney, exactamente 5 puntos les distancia, según la última encuesta de NBC-The Wall Street Journal publicada este viernes. Ese mismo porcentaje le daría Wisconsin, un golpe moral para la candidatura republicana dado que su candidato a la Vicepresidencia, el ultratraconservador Paul Ryan, es de allí.
Uno de los datos más preocupantes para Romney deberían ser los 8 puntos que el presidente le saca en Iowa, donde el republicano llegó a ir por delante en un porcentaje similar. Los sondeos encargados, y difundidos por otros medios de comunicación, señalan que Obama gana por estos mismos 8 puntos en Virginia, y que saca un 5% de diferencia a su contrincante en Florida, New Hampshire, Ohio y Nevada. Ello ha hecho que el portal Real Clear Politics, de los más respetados, detallados y prudentes de Estados Unidos garantiza 247 delegados del Colegio Electoral que nombra al presidente para Obama y 191 para Romney…y se necesitan 270 para llegar al Despacho Oval.
¿Qué debería hacer Romney? En primer lugar ganar los debates, los expertos consideran que si no sale victorioso, con claridad, de todos ellos, Obama tiene asegurada la reelección. También podría ayudarle un mal dato del paro, que se conocerá la semana que viene, pocos días antes del cara a cara en Denver y, ya a mayor distancia, es sabido que los estadounidenses votan pensando más en asuntos locales que foráneos, la incertidumbre sobre la situación internacional, con la inestabilidad en Oriente Próximo, Irán y las relaciones entre China y Japón.
Para poder cumplir con el primer requisito, el multimillonario se ha encerrado para preparar su encuentro con el presidente, al que tendrá que presentar como un fracasado que no está capacitado para levantar la economía del país, y presentarse como un gestor solvente, que reducirá el tamaño de la administración, impulsará la creación de puestos de trabajo…aunque, hasta en eso lo tiene mal: Obama también va por delante hasta en las encuestas que han preguntado con quién existen más oportunidades de recuperación económica. Romney necesitará algo más que aquella famosa frase de la campaña de Clinton contra Bush padre, “es la economía, estúpido”.
