Si alguien confiaba en que el debate entre los candidatos del Partido Popular y del Partido Socialistas a la Presidencia de la Xunta le ayudase a dormir se llevó una agradable sorpresa: pudo irse a la cama ya medio narcotizado. Para ser el primer debate que se celebra entre dos contendientes a la jefatura del gobierno gallego en dos décadas, lo cual ya de por sí da bastante vergüenza, no pudo ser más aburrido, aunque tampoco más clarificador: es verdad, no hay ideas.
Alberto Núñez Feijóo y Pachi Vázquez se olvidaron de los gallegos y fueron a la Televisión de Galicia a soltar la lección que llevaban preparando durante todo el fin de semana. Ni una solución, ninguna propuesta nueva, tampoco una mirada al futuro y, menos aún, un interés real a las preocupaciones de l@s 270.000 galleg@s sin empleo, al margen de echarse en cara que el paro casi se ha duplicado desde 2009.
Para Feijóo, que apenas entró en las cuestiones planteadas como temas de inicio: economía y empleo, políticas sociales y autogobierno, lo más importante fue repetir una y otra vez una serie de estadísticas que se había traído aprendidas de casa con las que intentar cuadrar su gestión de los últimos tres años. Nada dijo de sus propuestas hasta 2016 y se centró en intentar dejar claro que los andaluces, extremeños o catalanes están peor que los gallegos y en recordar la herencia recibida de Zapatero, “España está en crisis y Galicia sin duda, también. No es una obviedad, porque hasta hace poco tiempo se discutía si estábamos o no”.
Por su parte, el presidenciable socialista solo se esmeró en dejar claro que los gallegos estamos peor que hace cuatro años, y en pretender ser “la voz de la gente que lo está pasando mal” que, la verdad, nada recordó a la suya. Vázquez no dijo qué iba a hacer para crear más trabajo, para mejorar la Sanidad o qué medidas proponía para la Educación, aunque sí se acordó de reprocharle a su oponente que eliminase la gratuidad de los libros de texto, que aprobase el copago en los medicamentos o en que no estuviese aplicando la ley de dependencia…pero nada de decir cómo va a pagar esos libros, cuándo eliminará, si es que lo hace, el copago o de qué manera va a ayudar a quienes tienen que cuidar de un familiar dependiente.
Hablar de paro sin hablar de parados
Eso es lo que pretendieron ambos candidatos, Feijóo para repetir algo que no ha dejado de decir desde que empezó la campaña: en Galicia el paro ha crecido menos que en el resto del Estado, y Vázquez para recriminarle que desde que está al frente de la Xunta hay 117.000 galleg@s más sin empleo. ¿Y qué hay de las ideas para crear puestos de trabajo? Nada, por ninguna de las partes. Uno se refirió al control del déficit, que debe de ser un tema de lo más popular en las colas de las oficinas de empleo, y el otro al “drama de una familia gallega” con uno o todos sus miembros en paro por “una reforma laboral absolutamente injusta”. Pero ¿va a revocarla, no, va a mejorar las prestaciones por desempleo, tiene intención de impulsar alguna política de empleo, cuál, cuándo, cómo?…a estas preguntas no contestó ninguno de las dos personas que tienen más posibilidades de ocupar el Pazo de Raxoi dentro de dos semanas.
Sí se enzarzaron en la realidad, o virtualidad de los contratos firmados por la petrolera mexicana Pemex. Feijóo esgrimió una carta del consejero delegado de la petrolera asegurando que los contratos para el naval gallego “siguen adelante“, pero no enseñó a la cámara esos contratos, porque la misma carta que blandía exigía que no se haga púbico el contenido contractual, por seguridad y para proteger los derechos de propiedad intelectual, al tiempo que advertía que difundir su contenido públicamente supondría la cancelación automática del acuerdo, con lo cual no se aclaró si lo que se iban a construir en Galicia son barcos hotel, floteles, o un par de transbordadores espaciales de última generación.
Y ahí, prácticamente, se acabó la referencia al paro, a las pensiones, a la situación económica, a la Sanidad, la Educación, la Dependencia, la investigación, el apoyo, el famoso apoyo, a los emprendedores, la apertura de posibilidades a las empresas, la preocupación por los pequeños comerciantes, las PYMES y los autónomos, a la igualdad de oportunidades, el aumento de los precios, desde la luz al agua, pasando por el gas, la Justicia o los peajes, competencias, todas ellas de la Xunta que Feijóo quiere seguir presidiendo y que Vázquez quiere encabezar.
Los últimos minutos los consumieron, el candidato popular en hablar de la cordialidad lingüística, olvidándose de que el gallego está en un proceso de retroceso desconocido en la historia democrática, y el socialista empeñándose en repetir que se dedica día a día a defender la lengua propia de Galicia. También le hicieron sitio a la reforma del estatuto, que no aparece entre las 2.000 preocupaciones principales de l@s galleg@s: Vázquez para criticar que el Gobierno de Feijóo bloqueó dicha reforma, el candidato a la reelección para decir que sí, que quería reformarlo siempre que se cumpla la Constitución y para dejar claro que su intención va más por blindar el autogobierno para que Galicia no sea rescatada.
El debate acabó con una frase de Feijóo en castellano, “no me presento contra nadie, solo para salir de la crisis. Mi único compromiso es Galicia, Galicia Galicia” y otra de Vázquez, para pedir el voto, “el voto es muy poderoso y con él podemos hacer cambiar este país. Yo creo en esa Galicia mejor, pero para hacerlo necesito su voto”… esto último para quienes ya no llegasen despiertos hasta el final.