Un día antes de incorporarse a su puesto de funcionaria, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, estuvo en Vigo para apoyar la candidatura de Alberto Núñez Feijóo a la reelección como presidente de la Xunta. No dio el paseo programado por la feria de Coia, pero sí que comió en el Auditorio con más de 300 simpatizantes absolutamente entregados. Antes de ello, en una rueda de prensa en la sede de los populares, no dejó, ni una pregunta sin contestar, ni sombra de ambigüedad sobre sus ideas, “no soy nacionalista y muchísimo menos socialista…pero creo que eso ya lo sabían ustedes”, dijo a los periodistas.
La aún presidenta del PP madrileño, opinó sobre cuanto se le preguntó, apoyó, sin titubear la intención del ministro de Educación de ‘españolizar a los estudiantes catalanes’, “siempre estoy de acuerdo con el ministro Wert, es un gran amigo que, en esto, además tiene toda la razón, la educación está para formar y no para que los nacionalistas se inventen cuentos en los libros de historia”. Su opinión sobre la gestión del Gobierno Aznar en la catástrofe del ‘Prestige’ hace 10 años, fue clara, “los accidentes son eso, accidentes, pero hay mucha tendencia a manipularlos para echarle la culpa a alguien”. Su parecer sobre que los ciudadanos digan que, después del paro y la economía, los políticos sean el tercer problema del país, admitió que es así e indicó que “hay dos cosas que las personas no le perdonan a un político, que no diga la verdad, y en eso aguanto bastante bien las hemerotecas, y que mientras todo el mundo se aprieta el cinturón, ellos no sean austeros”.
Descartó completamente su vuelta a la política de primera línea y, cuando intentaron que diera su parecer sobre las posibilidades de Feijóo en la política estatal, contestó, “sea claro, ¿quiere preguntarme si veo a Feijóo como sucesor de Rajoy?…¡pues pregúntemelo!”, ahí sí que no se mojó, “el sucesor de Rajoy aún está en bachillerato”.
Una vez en la comida, Aguirre, que fue recibida con pirtos y gritos de “¡fuera, fuera¡”, de un grupo de jóvenes y de empleados del ISM de Vigo, calificó de “impecable” la gestión que ha hecho Feijóo en Galicia, “los gallegos acertaron eligiéndolo” y desveló que ella ya se había fijado en el actual presidente, “quise hacerlo consejero de Sanidad en Madrid en 1993, pero no pudo ser”. A su entender, “la solución a la crisis pasa por quitar el protagonismo a las administraciones y dárselo a los ciudadanos, está mejor en sus manos que en las dilapidadoras de políticos y tecnócratas”. Y sobre los culpables de la misma no dudó: los socialistas. A su juicio, los 8 años de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en España se distinguieron por su “torpeza” para diagnosticar la situación y por tomar iniciativas “absurdas” como el Plan E.
Aunque insistió que no hay que mirar atrás, leyendo su discurso en dos pantallas de ‘telepronter’, similar al que usa el presidente Obama, Esperanza Aguirre, entre aplausos que interrumpieron varias veces sus palabras, aseguró que los socialistas “gastaron mucho más de lo que podían gastar”. “Han arruinado al país llenos de buenas intenciones, creyendo que los poderes públicos pueden sustituir a los ciudadanos en las decisiones que estos toman sobre sus vidas” y, advirtió, “en política, las buenas intenciones son peligrosísimas” y no hay que juzgar en base a ellas sino en función de los resultados”.
Fue, entonces, cuando enfrentó el modelo de los socialistas “empeñados en dirigir la vida de los ciudadanos” y el del Partido Popular, “en el que los ciudadanos son los dueños de sus vidas” y, en este sentido mencionó dos de sus gestiones más controvertidas en la Comunidad de Madrid, la libre elección de centro escolar y de médico y hospital.