Lo que se hacía en las fiestas que había en su casa de Arcore era jugar al parchís o, como ha declarado ante un tribunal, “durante estas noches, yo monopolizaba la atención hablando de política, de fútbol, de cotilleos y me divertía contando chistes o cantando las canciones de mi repertorio juvenil”. Eso es lo que ha dicho el Silvio Berlusconi, este viernes, desmintiendo todas las acusaciones de la Fiscalía de Milán en el proceso conocido ‘Rubygate’, en el que está acusado de incitación a la prostitución y de abuso de poder.
Como estaba previsto, el ex primer ministro no se sometió al interrogatorio de los fiscales y únicamente realizó una declaración exponiendo su versión de los hechos. “Después de las cenas se organizaban espectáculos sin ningún contenido vulgar o escandaloso. Se veía lo que se puede ver en cualquier local”, ha explicado Berlusconi, quien ha agregado que estas fiestas se organizaban en la discoteca de su casa y que todo se realizaba ante la presencia de camareros, músicos, agentes de la seguridad, técnicos e incluso a veces sus hijos, quienes pasaban a saludar.
Berlusconi considera que su vida privada ha estado siempre bajo la atención mediática, por lo que sabía que era imposible que no se contasen estas fiestas, y ha añadido que como no había nada que ocultar, nunca realizó controles a sus huéspedes. Por supuesto, también ha negado las acusaciones de prostitución al aseverar que nunca ha dado dinero por relaciones intimas a las personas que acudieron a sus casas.
El político de 75 años, también ha aclarado que la llamada en la noche del 27 al 28 de mayo de 2010, que hizo a una comisaría de Policía de Milán para que dejaran en libertad a la joven marroquí Karima El Marough, más conocida como Ruby, y que había frecuentado las fiestas del ex mandatario, la hizo porque creía que era la sobrina la sobrina del entonces presidente egipcio Hosni Mubarak y que intervino para “evitar un incidente internacional”. “Me quede de piedra al darme cuenta de su segunda identidad. Desde ese momento consideré que no me tenía que ocupar más de ella”, aunque ha reconocido que ante las insistencias su tesorero dio a Ruby, que era menor de edad en aquella época, “algunos miles de euros”.
Como no, Berlusconi ha negado categóricamente que mantuviese relaciones sexuales con ella, aunque ha comentado que no parecía menor de edad, “no solo porque ella hubiese dicho que tenía 24 años, sino por su manera de hablar y de comportarse”.