Iris Robinson, no era ni tan recatada ni tan moralista y, ni de lejos, tan puritana como exigía a los demás. La mujer del ministro principal del Ulster, Peter Robinson, de 61 años, mantenía una relación, carnal claro, dada la profesión de su joven amante, elc arnicero, Kirk McCambley , de 21. Es la misma que criticaba a Hillary Clinton por perdonar las infidelidades del ex presidente, y la que aseguraba que en el cielo hay un lugar para todos los que rezan, excepto los homosexuales; es la misma a la que ahora se le hacen versiones de Mrs. Robinson, el clásico de Simon&Garfunkel, con letras como “Peter no sabe que está amasando salchichas detrás del Cottagge Café”.
Esta Iris es la misma a la que, ahora , le salen trapos tan sucios como la funda de un jamón: desde que ya se daba el filete con el padre de su amante (que en su lecho de muerte le pidió que cuidase de su hijo..¡y vaya si lo hizo!) o que ya la habían pillado en la trastienda con un compañero de partido de su marido.
Esta Mrs. Robinson es la que le va a costar el cargo a Peter Robinson, que ya ha dado el primer paso para dejar de ser primer ministro: renunciar a sus funciones durante 45 días, dejando, curiosamente, al cargo de las mismas a una mujer, la responsable de Empresa de su gobierno, Arlene Foster.
También es la misma que desde sus puestos de concejala de Castlereagh, y de diputada en Westminster y en la Asamblea del Úlster, desvió fondos públicos para poner un negocio a su ‘caprichito’ con el que no llevaba un par de días, como insinuaba el pobre jefe del ejecutivo, que ha sido el último en enterarse que los muslos de su mujer temblaban por Kirk desde hacía dos años.
Ahora Iris ya no es la misma que entonaba los cánticos en la iglesia y que exigía fidelidad, la ultra unionista, ultracatólica, es carne,( vaya que fácil me ha sido este chiste), de los programas de humor y de las revistas, entre ellas la homosexual Attitude, que recuerda cómo demonizó a este colectivo y ha pedido al ’chulazo’ de la primera dama que pose para el póster central.
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