Una patrulla le dio el alto por pasarse casi en 30 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida en la Gran Vía e hizo como que no escuchó, hizo un cambio de sentido y se dirigió a la calle Valencia. Vuelve a salir por Hispanidad y a coger Gran Vía para aparcar a la altura de la calle Sevilla, momento en el que se apea del coche y un agente le vuelve a dar el alto.
El hombre, de 35 años, vuelve a hacer como que no escucha y el agente tiene que retenerlo. El hombre negó lo que se le imputaba, se intentó deshacer de la llave del coche para que no constase como prueba y llegó a decirle al agente que el vehículo lo había estacionado allí su esposa.
Los agentes detuvieron al hombre por un delito contra la seguridad vial al dar positivo en el control alcoholemia y al comprobar que el tenía el permiso de conducir retirado durante dos años por un juzgado de Vigo.