Las cuatro factorías del Grupo Alfageme, con sede en Vigo, Ribadumia, Vilaxoán y O Grove, volverán a funcionar el lunes, así se lo comunicó hoy a los trabajadores el nuevo director general de la Conservera Francisco Rivas. El nuevo responsable estuvo en las plantas de Arousa y les prometió tener al corriente del pago de nóminas a todas las trabajadoras antes del mes de marzo. La impresión general de ellas es buena, pero en propias palabras del comité, “no se fían”
Lo cierto es que les deben varios meses de salario y llevan seis meses sin ver a parte de la familia Lago, propietaria de Alfageme. Por este motivo, y mientras parte de la plantilla se quedaba en las instalaciones de la planta para cumplir el encierro indefinido, un grupo de trabajadores de la conservera se han concentrado delante de las puertas del juzgado de Vigo, donde se celebraba un juicio contra Gustavo Lago por supuestas amenazas contra un trabajador.
Pero no tuvieron suerte. Lago no acudió a la vista oral a la que estaba citado y los empleados se quedaron con las ganas de reclamarle cara a cara una solución para la situación y que se olvide de especular con los terrenos de Alfageme, ya que la Xunta está dispuesta a aprobar el proyecto y la familia Lago se niega a salir de la empresa. Además, en todas las reuniones celebradas con la Administración siempre han acudido representantes de la propiedad, pero nadie de la familia Lago.
Mientras no llegan a un acuerdo, un crédito de 1,2 millones de euros avalado y gestionado por la Xunta servirá para pagar una de las dos nóminas que la empresa adeuda a los empleados y a comprar material para retomar una actividad paralizada por falta de suministro que estaba llevando a la empresa a una muerte agónica. Esta tarde deciden en asamblea si continúan con el encierro.
No tan desaparecido
La familia Lago está desaparecida pero localizable. Al menos para uno de los empleados que ha denunciado a Gustavo Lago, hijo del propietario de Alfageme y miembro del consejo de administración, por amenazarle cuando entraba en coche al garaje de su casa en Rosalía de Castro el pasado lunes. El empleado declaró haberse sentido amenazado y coaccionado cuando Lago le abrió la puerta del coche, le llamó a gritos varias veces delincuente y cerró el vehículo de un portazo que le dio en el brazo pero no le causó lesiones.
Y mientras la Fiscalía pide una multa de 10 a 5 euros diarios por una falta de lesiones, la acusación particular dice que Lago tiene una buena posición económica y que la multa debe ser de 20 días y 100 euros diarios, además de otra sanción igual por maltrato con amenazas y una indemnización de 1.000 euros por los daños morales causados.