La oleada de protestas de las batas blancas desde hace varios meses no ha servido de nada y, como estaba previsto, la mayoría del PP en la Asamblea de Madrid ha permitido sacar adelante la privatización de la sanidad madrileña.
Sin sorpresas, todos los diputados del PP votaron a favor de los planes del presidente de la Comunidad de Madrid, Igancio González, de externalizar la gestión de un buen número de hospitales públicos a lo largo y ancho de la región.
Pese a que desde redes sociales como Twitter se pedía #AsambleaDiqueNo, finalmente, fue que sí y el pleno de la Asamblea de Madrid aprobó el proyecto de ley de presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2013, que asciende a 17.048 millones de euros y que contiene esa más que polémica privatización sanitaria.
Desde el PSOE, el portavoz económico del grupo socialista, Antonio Miguel Carmona, afirmó que con lo aprobado este 20 de diciembre será un día para olvidar “para los dependientes, mayores, enfermos, discapacitados, mayores y enfermos”, puesto que, en su opinión, se abre la puerta a que la sanidad privada“pueda acampar en la Comunidad” porque “es un contrato mercantil”.
Por cierto que mientras esto ocurría dentro de la Asamblea de Madrid, fuera cerca de 300 directores de distintos centros de salud madrileños están firmando una dimisión en bloque con la intención de que se haga efectiva el mismo día en que la Consejería de Sanidad anuncie los 27 centros que serán privatizados en 2013, tal y como se recoge en el plan de medidas sanitarias a la que se opone este colectivo.
También se están iniciando huelgas de hambre por parte del personal sanitario de algún que otro centro sanitario.
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