Así lo asegura un estudio de investigadores españoles y publicado en la revista Stroke. Las mujeres que andan de manera ligera al menos tres horas cada semana son menos propensas a sufrir un ictus que aquellas que caminan menos o nada.
No es nueva esta afirmación, puesto que otros estudios ya habían relacionado caminar con la prevención del ictus. Y es que, andar evita la posibilidad de sufrir menos derrames cerebrales, los cuales son causados por un bloqueo en las arterias o una ruptura de vasos sanguíneos en el cerebro.
Pero, en el caso de este último estudio español, se centra en las mujeres. La investigación refleja que las mujeres que caminan a paso ligero unos 210 minutos a la semana tienen menos riesgo de derrame cerebral que aquellas con una vida sedentaria.
Además, las primeras tienen menos posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que las que andan en bicicleta o hacen otros ejercicios cuya intensidad en poco tiempo es más elevada.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores repartieron cuestionarios a aproximadamente 33.000 mujeres y hombres que incluían preguntas sobre su actividad física.
Las mujeres que caminaban regularmente tuvieron un 43% menos de riesgo de padecer estas enfermedades en comparación con el grupo inactivo.