Para tener una idea exacta lo más adecuado es acudir a los datos oficiales, es decir, aquellos que difunde el Gobierno en base a estudios elaborados por los diferentes departamentos ministeriales. De acuerdo con los mismos, un año después de la entrada en vigor de la Reforma Laboral, el número de parados ha aumentado en casi 692.000 personas y se han perdido, en conjunto 851.362 empleos,
¿De dónde sale este número?, fácil, de restar el total de personas ocupadas en enero de 2012 y el de personas que estaban trabajando en el mismo mes de este año, el resultado es 16.179.438, el más bajo desde que se elabora la Encuesta de Población Activa (EPA).
Pese a que cuando la presentó, la ministra Báñez recalcó, algo que ha repetido a lo largo de estos meses, que la reforma flexibilizaría el mercado laboral facilitando la contratación, la realidad es que, a la vista de los datos de su propio ministerio, el de Empleo y Seguridad Social, no ha sido así: la contratación no ha cambiado en nada, casi el 94% de los contratos que se han firmado en este año fueron temporales mientras que los indefinidos, que suman 297.972 más en estos meses son, en un 77% de emprendedores, es decir, incluyen un año de prueba durante el cual, pese a que el despido es gratuito, cuenta como tal contrato indefinido.
A ello se suma que, tras la Reforma, el número de contratos que pasaron de temporales a indefinidos se ha reducido en algo más del 10% y un hecho, que puede constatarse en las publicaciones mensuales del propio Ministerio de Empleo: en este año se firmaron 86.272 contratos de emprendedores, pese a que tienen una bonificación fiscal al cabo del año de prueba si el trabajador continúa en la empresa, solo un 18% de los empleadores se han acogido a estos beneficios fiscales, lo que supone que un 82% no se han transformado en indefinidos.
A estos datos, que tienen como fuente el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, se unen otros, procedentes del mismo organismo, como el número de expedientes de regulación de empleo, (EREs): el número de trabajadores afectados por los mismos pasó de 279.000 a finales de 2011 a 401.463 a 31 de diciembre del año pasado, lo que representa, en términos absolutos, 122.463 más y, porcentualmente, un aumento del 66%.
La destrucción de empleo privado no ha sido la única que ha aumentado en estos 12 meses, a ella se ha sumado la que se ha producido en las administraciones que despidieron a 218.679 personas, frente a las 32.396 de 2011, sumando 186.283 más o, en términos porcentuales, un 575%. En comparación con la destrucción de puestos de trabajo en el sector privado, que se situó en algo más del 4,4%, los despidos, que empezaron por los trabajadores públicos eventuales y han seguido por los que tenían contratos indefinidos, ha crecido en un 7%.
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