PSA Peugeot Citroen tuvo el pasado año unas pérdidas récord de 5.010 millones de euros, en todo el mundo, frente a los casi 600 millones de beneficios de 2011, circunstancia que los directivos de la multinacional han explicado por la caída en las compras en el mercado europeo.
Según los datos que se han conocido, el resultado operativo fue negativo en 576 millones de euros, frente a los 1.093 millones positivos de 2011, lo que indica una desvío de 1.504 millones de euros en la división automovilística por el bajón de las ventas y la presión a la baja de los precios de sus coches por la fuerte competencia.
El resto de las divisiones no permitieron compensar esa cifra teniendo en cuenta que el resultado operativo disminuyó en el negocio financiero y en la aportación de la filial de componentes Faurecia, 514 millones en lugar de 651 millones. La facturación bajó un 5,2 % a 55.446 millones de euros fundamentalmente por una caída de más del 10% en que cerró con 38.299 millones de euros.
El recorte del volumen de negocios tuvo también que ver con el fin de las ventas de piezas de coches a Irán desde febrero del pasado año por el embargo internacional a ese país, el impacto de la cesión de la filial logística Gefco y el descenso del 21 % en la facturación de Faurecia.