Eso es lo que cree, y así lo ha asegurado en un argumentado artículo de opinión, José Antonio Zarzalejos, periodista del que no puede decirse que sea próximo al PSC a Izquierda Unida o a cualquier grupo o tendencia contraria a la Monarquía. Zarzalejos, dos veces director de ABC, indica en ese artículo, publicado en elconficencial.com, “sin movilidad y sin popularidad, tocado en su percepción pública por su relación con Corinna Sayn-Wittegenstein y ahora también por su aireada -aunque no probada- intervención para proporcionar la presidencia de la Fundación Laureus a su yerno , don Juan Carlos ya es permeable a asumir una próxima abdicación, siempre en una coyuntura más distendida que le permita lo que, sin duda, merece: dejar la Jefatura del Estado con la vitola de haber sido el mejor Rey de la historia de España”.
En opinión del periodista, el Jefe del Estado, ha aceptado esta posibilidad, seguro de que su hijo está preparado para asumir el cargo y tras hacer un repaso de las informaciones que, de alguna manera, han envuelto al monarca en los últimos tiempos, “Don Juan Carlos está directamente concernido por el caso Laureus, vinculado sicológicamente al caso Nóos, su salud está seriamente resentida, su movilidad limitada y su popularidad, de nuevo, lesionada”, el Rey, que descartaba completamente, si quiera considerar la abdicación, ahora sí la vería como una posibilidad, “esta opción se plantea ya como hipótesis muy verosímil, según fuentes cercanas a la Casa del Rey, que hasta hace poco tiempo la descartaban. Sobre el Monarca pesa, además, la amargura de comprobar que su yerno no ha hecho una declaración pública que le deje al margen de sus manejos y la decepción de que la infanta Cristina no haya dado un paso que sirviese de cortafuegos a la institución. Además, la ruptura con la Reina es irreversible”.
José Antonio Zarzalejos, además, pone fecha a esa abdicación: antes de un año y medio, y lo hace, tras asegurar que el Gobierno y las Cortes, pese a que no existe una ley que regule la renuncia del Jefe del Estado, estaría dispuesto a elaborarla con rapidez si el monarca deja clara su intención de abdicar. “Por lo demás, tampoco se espera que la actitud de Urdangarín tenga ya virtualidad -tampoco el de la Infanta- para alterar el signo de estos graves acontecimientos, pese a que el enjuiciamiento del yerno de don Juan Carlos en la Audiencia Provincial de Palma no se prevea hasta dentro de un año y medio. Para entonces, el Rey habrá ya abdicado en su hijo”.