Una sentencia histórica. Hablamos del fallo del caso Kárate que condena a 302 años de cárcel a su principal cabecilla, Fernando Torres Baena, por condiesarle culpable de 35 delitos de abuso sexual y 13 corrupción de menores.
Según la sentencia, Torres Baena era un “depredador sexual” que se aprovechó de su “condición de héroe deportivo” y de su “ascendencia emocional” sobre los alumnos, muchos de ellos, menores de edad, para “doblegar su voluntad” y satisfacer con ellos sus “deseos lúbricos”.
Asimismo, el tribunal considera también probado que participaron en este tipo de prácticas su esposa y una monitora, a las que también se les condena a 148 y 126 años, respectivamente, por delitos de abusos sexuales.
Tanto ellas como él organizaron, dice el dictamen, “auténticas orgías” sin importar su edad ni su sexo.