“Presento una propuesta y no me la aceptan, presento otra y pasa lo mismo. ¿Qué más quieren que haga? ¿Quieren obligarme a dimitir? Si es lo que quieren, háganmelo saber”. Esto les ha dicho Nicos Anastasiades a los máximos representantes de la troika: la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; y los presidentes del BCE, Mario Draghi; y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, durante la reunión que mantienen en Bruselas.
Este encuentro, en el que han participado además los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se prolonga tanto tiempo que ha obligado a retrasar más de tres horas el inicio del Eurogrupo, que es el que tiene que cerrar el acuerdo de rescate de Chipre.
El presidente chipriota, según fuentes de la UE, ha aceptado liquidar el segundo banco del país, Laiki, e imponer una tasa del 20% a los grandes depositantes, pero la ‘troika’ le exige que desmantele, también el Banco de Chipre y que aporte 7.000 millones de euros, 2.000 más que los exigidos estos días, para financiar su propio rescate, puntos ambos a los que Anastasiades se niega en redondo.