Ocurrió en Nueva Zelanda. Allí, a una madre no se le ocurrió otra cosa que dejar a su bebé en el asiento de atrás del coche, mientras ella realizaba la compra.
Pero antes de dejarle solo completamente, le puso encima un papel con su número de teléfono móvil por si surgía cualquier imprevisto o urgencia.
La nota decía: “Mi mamá está haciendo la compra, llámela si yo necesitara algo”, podemos leer en la foto publicada por el periódico de News Zealand Herald y que da cuenta también de dicha información.
Fue un viandante el que se percató de que el bebé esta solo dentro del vehículo y se quedó vigilándolo hasta que llegó su madre.
La Policía ya está investigando lo ocurrido que recuerda de los peligros que conlleva abandonar a los pequeños en un coche cerrado. De hecho, los niños pueden deshidratarse rápidamente y angustiarse.