Según la Fiscalía General de Venezuela siete personas han perdido la vida y otras 61 resultaron heridas en incidentes derivados de las protestas convocadas por la oposición tras la proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones del domingo.
“En estos hechos violentos fallecieron siete venezolanos, de esos siete uno de ellos era funcionario policial, de la Policía del Táchira (al oeste del país)”, declaró Luisa Ortega en rueda de prensa. Según la fiscal, a una de las personas heridas le prendieron fuego y “pretendían matarla quemándola viva”. Ortega también informó de destrozos en centros médicos, sedes de la compañía telefónica pública, edificios públicos y negocios privados.
“El hecho más grave se registró en el municipio Baruta, al este de Caracas, donde falleció por arma de fuego el ciudadano José Ponce, de 45 años”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores, quien dijo que el fallecido se estaba manifestando a favor de Maduro. Elía Jaua informó además que en el mismo incidente resultó herida una mujer de 44 años, “ambos se encontraban gritando consignas a favor del triunfo del presidente Nicolás Maduro, cuando pasó una caravana opositora y efectuaron los disparos”, aseguró el canciller, quien calificó los hechos como “propios del fascismo”.
La fiscal general indicó que hay 135 personas detenidas que van a pasar a disposición de los jueces este miércoles y advirtió que, “si se descubren indicios de coordinación se puede imputar el delito de asociación para delinquir, en cuyo caso se solicitaría la incautación de bienes y la congelación de las cuentas de los responsables”.
Las protestas se dieron tras el llamamiento del líder opositor, Henrique Capriles, quien exige el recuento voto por voto de las elecciones del domingo, que dieron la victoria a Maduro por un estrecho margen de 1,8 puntos porcentuales, 275.000 papeletas.
En una reunión con el personal diplomático acreditado en Caracas, el Jaua mostró imágenes de hechos de violencia, que atribuyó a “grupos fascistas”, algunos de ellos, según él, “contratados por la oposición para generar violencia”.
El ministro acusó directamente a Capriles de ser el “operador de las acciones de violencia que se desarrollaron en el país” y a Leopoldo López, al que el gobierno vincula con el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, de estar detrás del proceso del “reclutamiento y desarrollo de la violencia”.