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El asedio al Congreso ni fue asedio ni fue en el Congreso

No se puede decir que fuera asedio. La realidad es que la convocatoria de la Plataforma En Pie! no entusiasmó y se quedó lejos de las expectativas que tenían los organizadores…y las autoridades. El despliegue policial, casi 1.400 agentes fue similar al de manifestantes que se acercaron hasta la Plaza de Neptuno.

Pasadas dos horas de protesta completamente pacífica, los disturbios se sucedieron, más tarde, en el Paseo del Prado, entre Atocha y la Plaza de Cibeles y la calle de Alcalá. El detonante de los mismos fue el intento de un grupo de derribar las vallas, colocadas a 300 metros de la Carrera de San Jerónimo…realmente a 300 metros de cualquier parte del Palacio del Congreso.

En ese momento, antidisturbios que estaban desplegados en uno de los extremos de la plaza acudieron rápidamente al lugar, estableciendo un perímetro de seguridad entre los manifestantes y el vallado que apenas duró unos segundos, ya que acto seguido procedieron a la primera carga.

Pasaban de las 8 y media de la tarde y a esas cargas se sucedieron otras, llegando el momento de más tensión en los alrededores de la estación de Atocha, en la glorieta de Carlos V, donde hubo enfrentamientos entre los grupos más radicales, que lanzaron a los agentes todo tipo de objetos, desde piedras, pasando por bolas de billar y material de obra o trozos de mobiliario urbano a los miembros de las fuerzas de seguridad.

Las cargas y carreras, lanzamiento de objetos y persecuciones entre los coches, puesto que  estas se sucedieron por calles aún abiertas al tráfico, se saldó con 15 detenidos y 14 agentes heridos, según datos oficiales.

 

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