De los meses en los que acamparon, primero en Príncipe y luego delante del Concello, parece que solo queda la nostalgia. Al menos esa es la impresión que daba este miércoles por la tarde en la celebración de su segundo aniversario. El número de congregados en la Farola de Urzáiz nada tenía que ver con el que había el 15 de mayo de 2011, cuando cientos de personas se sumaron a un movimiento que asombró al mundo.
Dos años después, nadie es capaz de asegurar qué ha pasado. Algunos de los asistentes apuntan a que “mucha gente se ha desanimado viendo que muchas de las acciones que iniciamos no han llegado a donde esperábamos”. Otros señalan que el movimiento sigue vivo en nuevas organizaciones y asociaciones que reivindican los derechos ciudadanos, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). La opinión de alguno más es que hay gente que se ha integrado en organizaciones políticas que “han sabido mantener la movilización y recoger algunas de nuestras propuestas”, como es el caso de Alternativa Galega de Esquerda (AGE).
Para quienes se reivindican como los iniciadores del 15M en Vigo hay, además, otros posibles motivos, como el hecho de que “muchos se apuntaron por la novedad y la notoriedad y nunca creyeron realmente en lo que pretendíamos, la prueba es que han intentado hacerse coronar candidatos de nuevas aventuras políticas con ideas muy alejadas de las que nosotros representamos”; también están los que afirman que hay gente que se ha ido fuera o, simplemente, se ha quedado en casa y hasta más de uno achaca esta desmovilización a la falta de liderazgo.
Sin embargo, todos están de acuerdo en que el 15M, ha “despertado la conciencia de la gente y ha hecho posibles que creamos que hay cambios que son, no solo necesarios, sino posibles…y hasta cercanos”.
