Esta es una de las conclusiones de un estudio sobre los efectos de la crisis económica entre 2007 y 2010, difundido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De acuerdo con el mismo, España es, de los 34 estados que conforman este organismo, el que más ha acusado la crisis, sino en el que más ha aumentado las diferencias de ingresos entre los más pudientes y los que menos tienen .
Exactamente esta desigualdad se incrementó un 3%, más del doble que en Eslovaquia, que es el siguiente país de esta lista y es que, poniendo el foco de estudio en el 10% de los más ricos y el 10% de los más pobres, la diferencia entre ambos sectores se ha incrementado, en conjunto hasta un 13%, un porcentaje que no tiene parangón en ninguno de los 34 estados examinados.
El estudio no deja lugar a dudas: quienes están pagando, y seguirán haciéndolo, la crisis en España, son las familias trabajadoras, que han visto reducirse sus ingresos en más de la cuarta parte, en conjunto. En ello ha influido, por encima de Islandia, Grecia, Estonia, Irlanda o México, el aumento del desempleo que, como el incremento de la desigualdad, no admite comparación posible – incluyendo a Grecia – con ningún otro país occidental, y cuyo precedente hay que buscarlo en las naciones más afectadas por la II Guerra Mundial.
El aumento de las desigualdades y la caída en las rentas tiene como consecuencia un aumento de la pobreza, de nuevo con España entre los países que más la han sufrido: en comparación con los de 2005, la pobreza había escalado en España un 5,1% hasta 2010, un aumento sólo comparable al de Grecia, también el mismo porcentaje, el 5,1%. Por si todo esto no fuese suficiente, España también ocupa los primeros puestos en aumento de pobreza relativa entre los hogares con niños, donde se ha incrementado un 3%, y entre los jóvenes, donde ha escalado un 5%…y hay que recordar que este estudio solo abarca el período 2007-2010, no los dos años siguientes en los que el desempleo se acercó al 26% de la población activa y casi dos terceras partes de los parados aún cobraban el subsidio de desempleo.
