Así es. Parece ser que no fue el Rey quien renunció al ‘Fortuna’ sino el ‘Fortuna’ quien renunció al Rey. Dicho de otra manera: la Casa Real anunció que el Jefe del Estado no usaría más el yate después de que Patrimonio Nacional comunicase al Palacio de la Zarzuela que no podía hacer frente a los gastos de mantenimiento del buque, alrededor de 1,8 millones anuales.
Estos gastos abarcan desde su conservación, pasando por las medidas de seguridad, los sueldos de la tripulación, amarres y reparaciones…sin olvidar que llenar su depósito de fuel o de lo que use para propulsarse supone un gasto de unos 30.000 €.
Así que para adelantarse a que trascendiese que Patrimonio Nacional, organismo público que custodia los bienes de titularidad del Estado afectados al uso y servicio del Rey y de los miembros de la Real Familia, había comunicado que ese gasto no era asumible ya, la Casa del Rey ‘filtró’ que era el propio monarca quien había tomado esta decisión.
Otras fuentes apuntan que habría hecho más fácil la misma que la imagen, ya muy desdibujada, de los miembros de la familia real pasando el verano en la cubierta de un yate mientras hay 6 millones de parados, acabaría de deteriorar la institución e, incluso, que el estado de salud del Jefe del Estado ya no le permite pensar en salir a navegar.
Sea como sea, en la próxima reunión de la directiva de Patrimonio se acordará la desafección del ‘Fortuna’, que pasará a ser propiedad del Ministerio de Presidencia y será la vicepresidenta Sáenz de Santamaría quien deberá decidir si hay que venderlo o desguazarlo.