Las autoridades australianas han comenzado la caza desde helicópteros de unos 10.000 caballos salvajes para evitar que se mueran de hambre y de sed y sigan degradando el terreno en el norte del país.
La matanza, organizada por el Consejo Central de Tierras del estado del Territorio del Norte, transcurrirá hasta mediados de junio próximo en la estación de Tempe Downs, situada a unos 300 kilómetros al suroeste de la ciudad de Alice Spring, según la cadena local ABC. El organismo, responsable de la gestión de tierras aborígenes, había anunciado su decisión a principios de mes, lo que motivó la protesta de organizaciones de defensa de los animales y de asociaciones ecuestres que aseguran que se tratan de los famosos caballos de raza waler.
El Consejo Central de Tierras quiere sacrificar a unos 10.000 equinos porque éstos, que al igual que los burros y los camellos fueron llevados a Australia por los primeros colonos, se han multiplicado sin control y destruyen el medio ambiente. Los caballos “están muriendo por miles debido a la falta de alimentos y agua. La destrucción de las fuentes de agua en particular tiene un profundo efecto en los animales nativos”, comentó a principios de mes el director del consejo, David Ross.