El ministro de Hacienda, que no ha acertado ni una sola de sus previsiones en los dos años que va a cumplir en el cargo y que no ha cumplido uno solo de los objetivos que anunció en sus reiterados anuncios, dentro y fuera del parlamento, sigue en su línea.
Y es que hoy se ha sabido que el déficit, que Cristóbal Montoro aseguró que empezaba a reducirse, ha sido de 25.007 millones al cierre de abril, cifra superior en un 1% a la registrada a finales del mismo mes del año anterior. En términos del PIB estimado, el déficit del Estado es equivalente al 2,38%, lo que supone un ascenso de 0,02 puntos respecto a abril de 2012, cuando se situó en el 2,36% del PIB.
El déficit de abril es el resultado de unos ingresos que alcanzaron los 30.911 millones de euros, frente a los 23.996 millones de marzo. Los gastos se elevaron a 55.918 millones de euros, casi 15.000 millones más que un mes antes.
Hacienda explica que este aumento se debe al alza del 10,6% en los gastos financieros, hasta 12.591 millones; del 49% en las transferencias a la Seguridad Social y del 44,2% a los organismos autónomos, fundamentalmente al Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE).
Este déficit no sólo es el mayor de la serie histórica publicada por la Intervención General del Estado (IGAE), que arranca en 2002, sino que, de seguir la tendencia, el Estado incumpliría su objetivo de déficit para este año en el 3,7% del PIB y sobrepasaría el límite previsto para el conjunto de las administraciones públicas, en el 6,3%.
Y es que nada funciona: el déficit crece a pesar de que se reducen los anticipos a las comunidades autónomas, pese a la subida del IVA de septiembre del año pasado lo que debería reportar más ingresos, la reducción de los gastos de personal o la no reposición de los jubilados, pese a ello, hasta abril los ingresos fueron de 30.011 millones y los gastos de 55.918 millones.
