Tu sueldo depende muchas veces de si usas sujetador o no. En pleno siglo XXI las mujeres gallegas siguen cobrando un 25,5 por ciento menos que los hombres por realizar el mismo trabajo o, lo que es lo mismo, tienen que trabajar 53 días más que los varones para tener el mismo salario. Sin embargo, aún parece que se tenga que sonreír y dar las gracias, ya que desde 2002 Galicia ha conseguido acortar las distancias en apenas un 3 por ciento y la brecha salarial se sitúa dos puntos por debajo de la media nacional, siendo la quinta comunidad con menos diferencias.
Donde más se nota la diferencia de cheques es en Pontevedra, donde las mujeres cobran hasta un 27,3 por ciento menos, muy por encima de la media gallega y casi rozando la española. Le sigue A Coruña, con una brecha salarial del 26,4 por ciento, y Lugo y Ourense, con poco más del 20 por ciento.
Las jóvenes son las que pagan el pato, ya que las trabajadoras gallegas de entre 18 y 25 años cobran hasta un 29 por ciento menos que los hombres en esa franja de edad. Y es que en Galicia el 33 por ciento de las mujeres cobra menos que el salario mínimo interprofesional, mientras que sólo el 18 por ciento de los hombres se encuentra en esa situación.
Y cuanto más alto es el puesto más grande es la diferencia. Entidades financieras, aseguradoras e industria contemplan brechas salariales de entre el 43 y el 33 por ciento, mientras que en la construcción, servicios, transporte, comunicaciones y hostelería la diferencia de nómina oscila entre el 8,5 y el 23,4 por ciento.
En caso de que no se hiciera nada al respecto tendrían que pasar otros 80 años para que la situación se igualara. La situación gallega dista mucho de las cifras del resto de Europa, donde la media de la diferencia en los salarios es del 17,6 por ciento.