El ex director de la central nuclear japonesa de Fukushima-1, que estaba al frente de la misma en el momento del accidente nuclear del 11 de marzo de 2011, ha fallecido a los 58 años de edad a causa de un cáncer de esófago.
Masao Yoshida encabezó los esfuerzos para poner la situación bajo control en los reactores tras el incidente, en el que tres de ellos se fusionaron a causa de los daños sufridos tras el terremoto y posterior tsunami que sacudió la zona, situada al noroeste de Japón.
El ex director de la central abandonó su puesto en diciembre de ese mismo año después de que se le diagnosticara un cáncer de esófago. En julio de 2012 tuvo que ser operado tras sufrir una hemorragia cerebral.
La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), responsable de la central, ha negado en reiteradas ocasiones que el cáncer que sufría Yoshida tuviera relación alguna con su exposición a la radiación tras el accidente nuclear. Sin embargo, en noviembre de 2011, el propio Yoshida afirmó ante los periodistas que tras el accidente pensó en varias ocasiones que no sobreviviría siquiera a la primera semana debido a los niveles de radiación.