Y así lo ha transmitido, en un más que recomendable artículo, Irene Hernández Velasco, enviada especial del diario El Mundo a la Jornada Mundial de la Juventud de Río. “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?”. Así contestó el Papa a una de las muchas preguntas que le hicieron los 71 periodistas que viajaban en su avión de vuelta a Roma.
“Fue una auténtica sorpresa descubrir un Papa que predica que hay que integrar a los gays en la sociedad, que no tiene problemas en hablar sobre el supuesto ‘lobby gay’ del Vaticano, que confiesa que echa de menos salir a pasear por las calles de Roma, que reconoce que no sabe qué va a hacer con el Banco vaticano”, escribe nuestra compañera.
El Papa, añade, estuvo contestando preguntas de los informadores durante una hora y veinte minutos, sin censura y sobre cualquier tema, “de manera directa, sin escaquearse”.
La opinión de Francisco sobre este tema discrepa, absolutamente, de la del portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino quien, saliendo en defensa de unas declaraciones homófobas del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plá, no dudó en decir que las relaciones homosexuales son “objetivamente desordenadas”.
Esperamos que este portavoz, y quien lo ha nombrado y lo mantiene en su cargo, para conservar ese orden que tanto les gusta, hagan una rectificación pública de sus palabras, hoy mismo o, si no es así, presenten su renuncia, dado que teniendo en cuenta la jerarquía eclesiástica, no pueden discrepar de lo que dice el Papa.
