Técnicos del juzgado que se ocupa del accidente del Alvia que descarriló el miércoles pasado cerca de Santiago, procederán este martes a la ‘apertura’ de las cajas negras del mismo para recuperar los datos que contienen en su interior. Realmente se trata de un volcado a una unidad USB en la que se almacenarán los registros de audio, así como las incidencias del trayecto recorrido por el convoy y las comunicaciones de la cabina.
Las cajas negras registran la velocidad, el uso de los frenos, el de emergencia y el auxiliar, los posibles fallos en los sistemas de detención del tren, alarmas y avisos que hayan podido enviarse, las conversaciones entre la central y el maquinista, el tipo de sistemas de frenado, alertas de señalizaciones, longitud o aceleración máxima del convoy. A ellos se añaden estado de las señales por las que ha pasado el tren, avisadores acústicos, indicaciones de sobrevelocidades, actuaciones del conductor o alertas de los avisadores acústicos y fallos totales.
Todo ello, unido al testimonio del maquinista, de los testigos, estado de la vía, funcionamiento de las señalizaciones, itinerario prefijado, además del análisis de la máquina y de los vagones, debería dar una idea exacta de lo que ocurrió realmente en Angrois hace seis días.