Parecía que ya habíamos oído todo tras la propuesta del Fondo Monetario, secundada por la Unión Europea, de bajar un 10% los salarios en España, sin embargo, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha dejado a la directora del FMI, Christine Lagarde, y al vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, punto menos que como sindicalistas.
Y es que los patronos – que no han dudado en usar los EREs para aligerar sus plantillas, que han reclamado, entre otras medidas, que se limite la cuantía y los meses de paro – en un país con casi 6 millones de desempleados -, que se recorte el derecho de huelga, que se rebajen las cuotas sociales que pagan y hasta no han dudado de echar la culpa de la crisis a los trabajadores y a las familias, ahora quieren más.
Lo que proponen es que tener la capacidad de ‘imponer’ a los trabajadores la conversión de su contrato a tiempo completo en uno a tiempo parcial cuando existan causas que lo justifiquen y se eviten así despidos objetivos, y además ampliar del 15% al 30% el margen de horas complementarias que puedan realizar en proporción a la jornada pactada. Es decir: contratar a una persona por cuatro horas, pagarle por esas cuatro horas y que, por el mismo precio, trabaje casi 6.
Así de claro lo dejan en un documento que han titulado ‘Las reformas necesarias para salir de la crisis’, que la patronal aprobó en la última Asamblea General del mes de julio para remitírselo al Gobierno. A estas ‘propuestas’ se añaden otras: limitar los plazos de preaviso y las causas de denuncia por parte del trabajador del pacto de las horas complementarias – dicho de otra manera: poder despedir a quien quieran sin avisarlo, o cambiar su contrato a tiempo completo por otro a tiempo parcial de un día para otro y, cuando pagándole cuatro horas le impongan trabajar 6, el empleado no tenga ‘tantas facilidades’ para denunciarlo.
No contentos con ello, quieren que los contratos de formación, que hasta la Reforma Laboral tenían un límite máximo de edad de 25 años y se ampliaron hasta los 30, no tengan plazo legal – es decir, poder contratar a un ingeniero de 48 años con un contrato de formación, pagarle cuatro horas, que trabaje 6, cotizar menos por él, poder despedirlo cuando quieran y que, encima tenga todas las dificultades del mundo para denunciar a la empresa -.
En este documento, según hemos podido ver, no se hace mención a la despenalización de la esclavitud…quizá los patronos esperan que se deduzca del mismo espíritu del texto.