Los ex secretarios generales del Partido Popular, Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas han negado este martes en la Audiencia Nacional haber cobrado sobresueldos procedentes de una contabilidad B, como aseguró Luis Bárcenas, aunque han reconocido que no había protocolo alguno respecto de las donaciones recibidas por la formación, cuyo control, ambos, han asegurado que tenía Bárcenas.
Álvarez-Cascos ha permanecido dos horas declarando ante el juez Ruz, que instruye esta causa como una pieza separada del “Caso Gürtel”, y Arenas lo ha hecho durante una hora y media. Según los abogados de la acusación presentes en sus comparecencias, la frase más repetida por ambos ha sido la de “no recuerdo” y ninguno ha negado el cobro de sueldos de forma tajante, sino utilizando fórmulas como “no tengo constancia”.
Sobre el control de las donaciones, las mismas fuentes señalan que no existían en el partido mecanismos para hacer cumplir la Ley de Financiación de partidos políticos de 1985 o la de Régimen Electoral General, señalando que el competente para ello era el tesorero.
Álvarez Cascos ha reconocido que compatibilizó su puesto de secretario general con el de tesorero entre 1990 y 1993, tras ser inhabilitado Rosendo Naseiro. El juez Ruz no le ha dejado contestar a las preguntas que se le han formulado sobre lo que podría haber cobrado en su etapa como ministro, ya que dicha respuesta podría incriminarle y ha acudido como testigo.
Javier Arenas ha reconocido que asistió a la reunión de marzo de 2010 con Rajoy, Bárcenas y su esposa, aunque de ella sólo recordaba que se habló de que el ex tesorero mantuviera su despacho en la sede de Génova y el coche del partido, habiendo olvidado si se había tratado el tema de cobro de cantidad alguna.