Las escuelas públicas francesas mostrarán, a partir de mañana en un lugar visible, junto al lema de la República -“Libertad, igualdad, fraternidad”- y a la Declaración de Derechos Humanos y del ciudadano, una Carta del Laicismo que se enseñará a los alumnos como la base de los valores del país.
El ministro de Educación, Vincent Peillon, recordó que la Constitución en su artículo primero establece que Francia es una república “indivisible, democrática, social y laica”, unos valores para los que hay que explicar su significado. Señaló que el laicismo es “una exigencia de razón, de justicia y de paz” que fija “un cierto número de obligaciones, de límites y de reglas: el respeto de los demás, la neutralidad del Estado, de los espacios en los que no se hace proselitismo, la distinción del saber y de la fe”.
Peiollon insistió en que eso nunca se impone por la violencia y que “aunque impone una obligación de neutralidad religiosa y política, asume valores” como la libertad de conciencia, el respeto de la persona, la igualdad hombre-mujer y la racionalidad” y subrayó que “el laicismo ofrece un espacio preservado y neutro en el que se da a cada uno, sea cual sea su religión, su origen social o geográfico, los medios para elegir y construir su vida”.