Manuel Fernández de Sousa no tuvo responsabilidad alguna en el ‘agujero’ de más de 3.000 millones de euros – para quienes aún cuentan en pesetas, medio billón de estás- de Pescanova, tal y como él mismo ha asegurado este martes en su declaración-como imputado por estafa, falsedad documental y uso de información relevante- ante el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz.
El ex presidente de Pescanova defendió la práctica del ‘factoring’, según el cual, la empresa pedía un crédito al banco, a un tipo de interés alto, tan solo presentando facturas que aún no había cobrado. Según este sistema, las facturas eran abonadas después por los clientes de Pescanova a la entidad bancaria. El informe de KPMG, una auditoria contratada para conocer la situación real de la empresa, asegura, por el contrario, que esas facturas presentadas por la multinacional eran falsas.
Por ello, según Fernández de Sousa, la responsabilidad de esta situación es de los bancos, que usan este sistema, y del hecho de que estos no le pidiesen más documentos que las facturas, puesto que obtenían importantes beneficios en estas operaciones.
El que fuera máximo responsable de la compañía pesquera reiteró que él no presentaba facturas falsas, a pesar de lo que señala el informe de la auditora, en el que se especifica que Pescanova se encuentra en quiebra técnica con una deuda de 3.281 millones y un agujero de 927.
A preguntas del fiscal, Fernández de Sousa enfatizó que si a día de hoy las acciones no estuvieran bloqueadas, sus dueños estarían “satisfechos” y defendió su gestión alegando que el pescado y el marisco ha subido mucho de precio y eso hubiera beneficiado a los accionistas de no estar bloqueados sus valores e indicó que el precio del rodaballo ha subido un 120%, el del marisco un 90% y un 80% el `precio del salmón.
Interrogado sobre el porqué vendió sus acciones – exactamente 1.688.518 obteniendo alrededor de 30 millones de euros- un mes antes de que se suspendiese la cotización de la firma en Bolsa, no pudo explicar el motivo por el cual no informó de dicha venta, aunque argumentó que había adquirido títulos a crédito y a un precio muy alto y que necesitaba deshacerse de las acciones para afrontar obligaciones de pago que tenía la empresa.
El fiscal Juan Pavía también interrogó a Fernández de Sousa por el intento de su esposa, Rosario Andrade, 4,8 millones de euros a China, a través de un banco portugués, tras admitirse la primera querella contra el ex presidente de Pescanova, la respuesta fue que la familia envió el dinero a Hong Kong porque allí se paga al 12% la renta fija.