El argumento mantenido por la Fiscalía General del Estado o por la Abogacía del Estado para evitar la imputación de Cristina de Borbón, de que la hija menor del Rey no se enteraba de lo que se hacía en Aizóon, la empresa que tenía a medias con su marido, Iñaki Urdangarín, se deshace. Al documento de alquiler de su propia casa, el Palacio de Pedralbes en Barcelona a esta empresa – en el que firmaron como arrendadores y arrendatarios, se suma un informe entregado por el Grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional al juez Castro.
En el mismo se refleja que Cristina e Iñaki cargaron a la cuenta de Aizóon la compra y el montaje de 72 muebles y elementos del hogar como estanterías, butacas, sofás, mesas y cortinas de lujo para su uso personal.
Entre estas adquisiciones, están diez sillas ‘Masai’, por un importe de 9.950 €, dos sofás que costaron 10.143 €, una estantería de 5.895, un mueble-bar de 6.298 €, una alfombra de 3.450, un ‘puf’ de 968, , una mesa de aluminio de 2.665 un sillón giratorio de 1.552 o dos cortinas, estilo japonés, de 5.580 €.
Estos gastos se suman a otros que apuntan a que hubo salidas desde Aizoon para gastos personales, lo cual significaría que el matrimonio se habría se habría beneficiado a través de su empresa de los ingresos presuntamente ilícitos que recibió la misma procedentes del Instituto Nóos, que figuraba como una entidad sin ánimo de lucro, así como del dinero supuestamente defraudado a Hacienda por parte de Aizoon.