¿Tienes 600.000 € -o si lo prefieres 100 millones de las desaparecidas pesetas?…es que eso es lo que te costaría de multa concentrarte ante el Congreso de los Diputados, por ejemplo, da igual si la Cámara está reunida o si dentro no hay nadie, este hecho, sin previa comunicación a la Delegación del Gobierno será considerado como ‘falta muy grave’, según la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana que el Ministro del Interior llevará este viernes al Consejo de Ministros. A la misma sanción se arriesgan quienes participen en ellas, las convoquen o dirijan esas concentraciones.
De 1.001 a 30.000 € son las multas que se impondrán a quienes insulten, vejen, amenacen o coaccionen a los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado durante una manifestación- con independencia de lo que hagan sus agentes- ; de 30.001 a 600.000 € es la sanción que podría ponerse a quienes ‘usen o distribuyan’ imágenes de los policías, así como datos personales de los agentes” con fines que puedan suponer un atentado contra su intimidad, su familia o que puedan poner en riesgo una operación”- un precepto en el que cabe prácticamente todo: desde limitar el trabajo de los periodistas gráficos, hasta la denuncia de las actuaciones policiales-.
La perturbación del orden público en espectáculos, acontecimientos deportivos u “oficios religiosos” también se considerará “muy grave”, así como las manifestaciones sin autorización en torno a las consideradas ‘infraestructuras críticas’ como, por ejemplo, una central nuclear, o un aeropuerto, un precepto que abarca hasta el sobrevolarlas.
También se considerarán infracciones graves, la participación en “disturbios” con capuchas, gorros, pañuelos o máscaras a efectos de dificultar la identificación por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Los 55 artículos de la llamada ‘Ley Fernández’ – por el apellido del ministro del Interior- permite a la policía a establecer “zonas de seguridad”, rodear o aislar un determinado perímetro urbano para impedir en ese espacio reuniones de personas, lo cual acabaría con los escraches, o retirar de manera contundente los vehículos que taponen una vía pública – poniendo fin a protestas como las huelgas de taxistas, camioneros o las conocidas tractoradas- .