El FROB ha confirmado este jueves lo que adelantamos ayer: Novagalicia Banco se ha vendido al grupo venezolano Banesco por 1.003 millones de euros y ha aclarado otros extremos de la operación: el 40% de la cantidad ofrecida -400 millones- se abonará al formalizarse la operación y el 60% restante en varios plazos de aquí a 2018 –a razón de 150 millones de euros anuales-.
Banesco, que se hizo con el control del Banco Etcheverría-comprando el 44,7% del mismo a Novagalicia Banco- el pasado mes de diciembre, se ha comprometido a mantener toda la red de oficinas de NGB, así como “el nivel de empleo actual” y a que la sede social y corporativa permanezca en Galicia, lo cual ha sido refrendado por el presidente del grupo, Juan Carlos Escotet, en su cuenta de ‘Twitter’ en la que expresa el “compromiso de mantener una entidad apegada a los intereses de la región y de sus trabajadores”.
Sin duda, Escotet sabe que ha hecho una buena operación teniendo en cuenta que Novagalicia Banco ha sido adjudicado sin que sea necesario abrir una segunda vuelta, tras haber recibido 9.052 millones de fondos públicos y haber necesitado 802 millones del Fondo de Garantía de Depósito (FGD), lo cual significa que, en esta operación, el erario público ha perdido 8.851 millones de euros – para quienes lo prefieran en las desaparecidas pesetas: 1,47 billones-, es decir, más que el presupuesto de la Xunta para todo el año que viene, que será de 8.391 millones de euros.
Esta operación, además, contradice todo lo que había declarado en relación con la misma el ministro de Economía, en especial lo que enfatizó durante su intervención en un curso de la Universidad Menéndez Pelayo hace hoy, exactamente, 6 meses, “la obligación de los gestores es intentar recuperar lo máximo de lo puesto por el Estado – a través del FROB, incluso por encima de lo que se ha puesto”, decía entonces Luis de Guindos, quien reconocía “interés” por el banco aunque hacía una advertencia, “no puede malvenderse”.